Ambos amigos entraron en un restaurante, y se sentaron frente a una mesa. Un instante después, el mismo propietario, viendo que se trataba de clientes nuevos, acudió a atenderlos. Debussy le dijo entonces muy serio:
-Deseamos un ala del ave fénix.
El hotelero, frente a este mitológico pedido, quedó turbado apenas un momento. Luego reponiéndose rápidamente, respondió con la mejor de las sonrisas:
-Lo siento mucho, Señores, pero la última ala del ave fénix, la hemos servido hace unos minutos.
A los 17 años, Claude Debussy ya había compuesto la pieza Claro de luna.
A los 17 años, Claude Debussy ya había compuesto la pieza Claro de luna.
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